La labor de los periodistas es fundamental en un proceso electoral. Gracias a la prensa la ciudadanía sabe sobre los hechos que suceden dentro de las campañas políticas, conoce a los candidatos y sus propuestas, y tiene información sobre el desarrollo de los comicios y sus resultados. Esto es indispensable para que exista un voto bien informado, libre y responsable.
Sin embargo, y a pesar del importante papel que tiene la prensa en estas jornadas, en los contextos electorales los periodistas sufren de agresiones u obstrucciones que entorpecen su labor. Si bien es cierto que las tres jornadas electorales que se celebraron en este 2014 fueron relativamente tranquilas, en estos días hubo un total de 17 agresiones contra la prensa.
Es aún más preocupante que los agresores del 82,3% de los casos son funcionarios públicos, concretamente empleados de la Registraduría y agentes de la Policía. La mayoría de los casos fueron limitaciones en materia de acceso a la información y en un alto número de casos los problemas se subsanaron en un tiempo prudencial.
Si bien quienes lideran las instituciones tienen mucho más claros los derechos de la prensa, falta capacitar a los funcionarios que están en cada uno de los puestos de votación para que comprendan la función que tienen los periodistas durante los comicios y la importancia de su trabajo para la sociedad. Esto plantea también una disparidad entre la voluntad de garantía expresada desde altos mandos del Estado, que no se traduce en una acción efectiva desde los agentes estatales en terreno.
